Las religiones y filosofías nos enseñan que haytres tipos de karma. Está el karma con el que nacemos; el karma que creamos cada momento; y el karma que encontraremos en el futuro. Todos ellos son creados por acciones, pensamientos, palabras o hechos. El karma nos mantiene en la rueda de la muerte y el renacimiento, de modo que volvemos para pagar nuestras deudas kármicas una y otra vez.
El karma más intenso es creado por el deseo y el ansia. Anhelamos ser ricos, poderosos y con el control. Nos atrae el placer y aborrecemos el dolor. Somos como marionetas controladas por sus adicciones y aversiones. Por cada deseo que emitimos y no experimentamos en la vida, somos empujados por el karma para regresar y experimentar. Son el deseo y la aversión los que crean el karma que nos ata al ciclo de muerte y renacimiento.
Sin embargo, solemos creer que creamos karma cuando causamos sufrimiento en los demás, consciente o inconscientemente. Somos todos uno, tenemos que experimentar lo que nos hacemos entre nosotros para entender lo que se siente. Es la ley del Talión, ojo por ojo y diente por diente. Pero hay un aspecto de la ley que suele ser pasado por alto: la muerte es una ilusión, volvemos para satisfacer leyes que deben ser satisfechas. Estas son las enseñanzas de las religiones y filosofías. Las más elevadas enseñanzas de los santos e iluminados establecen que todo es una ilusión que creamos con el fin de llegar a nuestra propia iluminación. Percibimos que el karma se perpetúa sin fin porque nuestro entendimiento de la vida es limitado. Sin embargo, la ilusión puede desvanecerse cuando reconozcamos el hecho sencillo de quesomos creadores divinos de TODO y podemos cambiarlo si cambiamos nuestra mente.
Pero, como dicen las tradiciones espirituales, no podemos hacerlo solos. Necesitamos de un maestro iluminado que nos muestre el camino. En otras palabras, son nuestros deseos conscientes los que nos mantienen esclavos del karma, y el maestro nos muestra cómo disolver la ilusión. Si nos centramos en sus enseñanzas, tenemos una oportunidad de autorrealizarnos y liberarnos. Si nos dejamos distraer por deseos, permaneceremos atrapados en la ilusión de los pensamientos y la materia. […] Todos obtenemos lo que necesitamos cuando estamos preparados. Cuando seguimos a un maestro y aplicamos sus enseñanzas tenemos una opción de seguir un camino más elevado hacia la iluminación. Tenemos la opción de creer que somos creadores. Esta es la verdadera naturaleza del libre albedrío.
- Fuente: James Robinson. Traducción de Create and Share.
- Imagen: Flóra Soós
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